¿Y después qué?
Lo que sigue solo pretende abrir debate sobre nuestro Golf, nuestro campo y nosotros mismos jugando. Si no lo consideráis aparcadlo y disculpad el tiempo que habéis perdido.
Mientras sigue muy vivo este confinamiento no es menos cierto que ya se empieza a intuir cual puede ser el futuro, aunque sea sin saber para cuándo.
La reincorporación de la gente a sus quehaceres tiene tres preguntas, a mi modo de ver fundamentales: ¿Cuándo?, ¿Cómo? y ¿Quiénes? Las tres absolutamente interrelacionadas, quienes dependerá de cuándo y de cómo, cómo de cuándo y de quienes y quienes de cómo y de cuándo. Y sin haberlo preparado ha salido un trabalenguas fino.
Aquí un grafico remitido por uno de nuestros compañeros de golf donde, con todas las precauciones, nos puede señalar los cuándos y los cómos; aunque podemos mover según queramos, y a nuestro saber y entender, las fechas como nos dé la gana.
Y a lo que vamos que me despisto: cómo podemos pensar en nuestro golf y en nuestro campo para ese futuro mas inmediato en que todos deseamos volver a jugar.
Obviamente tendrá que salir una norma, ley o lo que sea, que permita abrir las instalaciones deportivas y dentro de estas las que este al aire libre, supongamos que tendrán un tratamiento diferente a las cerradas y/o con tribunas de público.
Para el tema de jugar e incluso de los campeonatos es posible que alguien piense que, con secuenciar la entrada, vía reservas de hora, por ejemplo y permitiendo la entrada a las instalaciones en la media hora previa a la hora de salida, para evitar aglomeraciones de personas, parece que tendríamos enfocado el tema. No habría salidas al tiro ni simultaneas por varios hoyos.
La entrada y el uso de las zonas de entrenamiento: cancha, putting y aprochadero tendría que estar limitado a un número máximo de personas.
Mas problema plantea el tema de la Escuela Infantil y las clases a grupos en general, parece que no tienen sentido en un futuro inmediato, o al menos tal como las venimos entendiendo hasta ahora, y en tanto no se legisle sobre qué cantidad de gente puede estar agrupada y a que distancias y siempre hablando de actividad al aire libre, de hacerlo en espacios cerrados como gimnasios ya ni comentamos.
Así que nos queda la tercera variable: ¿quiénes? Esta claro que al final de este confinamiento y mientras no llegue la vacuna a toda la población, habrá dos grupos de personas: los inmunizados y los no inmunizados (algunos de estos, los infectados, en vía de pasar al grupo de los primeros). ¿Tendrán el mismo tratamiento cara a permitir su entrada en lugares públicos? Si como están hablando habrá un posible nuevo confinamiento para otoño ¿será solo para grupos de riesgo (no inmunizados y con patologías previas y grupos de edad)?
Esto nos lleva a la pregunta del millón ¿cuánto tardará el campo en alcanzar una actividad deportiva (y no olvidemos que la económica va de la mano) similar a la del año pasado? ¿Cuánto tardarán los actuales abonados/jugadores en volver? ¿Cuántos lo dejarán o no considerarán conveniente reincorporarse? Y ¿por cuánto tiempo?, no olvidemos que el tema edad es muy significativo entre los jugadores actuales de golf, por si llegado el invierno a fortiori tienen que volver a aparcarlo. A la situación a la que vamos, ver en el grafico la recuperación prevista para la línea de ocio ¿Cuánto tardaremos en incorporar un número significativo de nuevos jugadores?
Parece de inexpertos planificar ahora, sobre todo porque hay condiciones sobre las que no tenemos influencia alguna, no solo escapan de nuestro poder sino incluso de nuestro conocimiento de la situación. Pero está claro que del intercambio de ideas podemos, e incluso debemos, hacer seguir nuestro conocimiento, que no es poco, hacia quienes no tienen por qué saber, ni siquiera imaginar, por donde pueden venir los tiros.
Jaime Dobarro.
